El Mercurio de Antofagasta, El Mercurio de Calama | 30 de octubre, 2023
He seguido de cerca las noticias respecto al proceso constitucional y frecuentemente me ha surgido la siguiente pregunta: ¿A qué están jugando los distintos actores? Hablo de juego, pensando en una forma de evaluar la dinámica de los equipos de trabajo.
Los equipos se pueden observar y analizar: si juegan a ganar, a no perder, a perder o a empatar. Parece extraño como los equipos no siempre juegan a ganar, pero los seres humanos tenemos la característica de funcionar con intenciones no declaradas y sacar muchas veces cuentas para ver qué me conviene, de acuerdo al resultado, más allá del juego que estamos jugando. Así lo hemos visto en el fútbol, hay equipos que salen a la cancha a defenderse y lograr que no les hagan un gol, mientras otros salen a ganar. Los comentaristas analizan que pasará con los puntos del campeonato y con el resultado más allá de ese partido.
Al mirar todo lo ocurrido en este nuevo «esfuerzo» constitucional, me pregunto ¿Cuál es el propósito de todos los integrantes del consejo constitucional y del comité de expertos?
Un resultado de aprobación del cincuenta por ciento más uno, dejará en evidencia que estamos completamente fracturados como sociedad y un rechazo, que no fuimos capaces de conversar para lograr acuerdos de futuro. El propósito necesariamente tiene que ser una aprobación por una amplia mayoría.
Al ver todo lo referente a este proceso constitucional, tiendo a pensar que no estamos trabajando todos con el mismo propósito y que la dinámica va cambiando de acuerdo a las encuestas, por lo tanto, no veo que estén jugando a ganar.
Finalmente, considero que en este proceso no hay un solo equipo, ya que esta unificación requiere un propósito acordado, alineado y que sea tan poderoso que convoque a cada integrante a trascender sus cuentas particulares y abrirse a un diálogo verdadero, es decir, a estar dispuesto a lograr algo en conjunto.
Esto es actuar por definición y no por reacción.
¡Aún hay tiempo!
