Dinámicas Humanas
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Cultura al servicio de la innovación

Pablo Fuenzalida
2 minutos

El Mercurio de Antofagasta | 12 de junio, 2023

Hace unos días, en la región, se realizó el primer encuentro para buscar soluciones innovadoras para la minería del futuro, impulsado por Antofagasta Minerals. Este grupo minero, también en marzo de este año, desarrolló junto a MIT, un evento sobre el poder de los ecosistemas de innovación y cómo innovar en un mundo interconectado. Todas estas iniciativas tienen como objetivo lograr una minería segura, sustentable, verde, más efectiva y que al mismo tiempo se pueda hacer cargo de la extracción de los yacimientos de baja ley.

«La innovación es como un puzzle: es necesario conseguir unirse entre las distintas piezas», dijo Michael Davies, académico de MIT, en el encuentro de marzo.

Yo quiero llevar la atención a una pieza fundamental, a propósito de que el pasado 20 de mayo se celebró el día Internacional del Recurso Humano. Es poco visto que los ecosistemas de innovación involucren las áreas de personas. Vale la pena recordar la frase «la cultura se come a la estrategia en el desayuno», asignada a Peter Drucker.

Así como para que el mineral logre ser rescatado del rajo es clave contar con ciertos habilitadores, para lograr formar un ecosistema innovador es clave contar con una cultura que lo habilite.

Un ecosistema de innovación, para que fomente la innovación, la creatividad y la explosión de ideas, requiere necesariamente de una cultura que lo habilite. Es aquí donde hay aún una brecha importante. Esta es una de las razones por las que el área de personas, hoy más que nunca, es estratégica. Son ellas y ellos los llamados a comprender el mindset que facilita a la innovación.

Ojo, no solo a nivel individual. Cuando hablamos de ecosistemas, nos referimos a las relaciones que se forman al interior de ese sistema: cómo funcionan la responsabilidad, la confianza, la colaboración entre los investigadores e innovadores, la relación entre la academia y las empresas, etc.

La cultura, en palabras sencillas, es la particular manera de hacer las cosas que tiene cada organización. Esto significa que cada pieza del puzzle se relaciona con otra de acuerdo con su cultura. Y así, como un equipo con los mejores jugadores no garantiza el mejor juego sino la interrelación entre ellos; que cada pieza haga lo suyo no garantiza que generemos el mejor ecosistema emprendedor.

Crear una cultura que impulse la innovación no es sencillo. Se requiere comprender el mundo del comportamiento humano y sus interrelaciones. Transformar una cultura para llevarla a una que potencie la innovación tiene de ingeniería y de arte. Por eso, y para celebrar a quienes han tomado el desafío de pertenecer a las áreas de recursos humanos, propongo que el próximo encuentro sea para comprender cómo debería ser una cultura que habilite la innovación.