Han pasarlo más de tres meses desde el inicio del estallido social con la incertidumbre corno parte cotidiana de nuestro día a día, lo que exacerba el miedo, la ansiedad, la rabia, la frustración y la angustia.
Es importante que advirtamos que nuestro mundo emocional impacta nuestra forma de actuar, interviniendo desde lo fisiológico la capacidad de concentración, coordinación e innovación, entre otras habilidades que son necesarias en el trabajo.
Para cuantificar lo anterior, en nuestra consultora elaboramos un sondeo con más de 370 profesionales de cuatro rubros distintos, para medir qué emociones están sintiendo en su jornada laboral. Todos los grupos experimentaron incertidumbre, que es una condición; pero que deriva de la ansiedad, que es una manifestación del miedo (más del 80% experimentaron emociones que se originan en el miedo), lo que nos demuestra la importancia de que los líderes hagan un trabajo de contención con sus equipos. Para ello, se hace necesario crear espacios diarios de conversación sobre lo que cada uno está sintiendo. De esta forma lograremos bajar la intensidad y sentir mayor empatía, una emoción que más del 70% identifica como «necesaria»para abordar la situación. La razón es que esta nos permite comprender al otro y sentimos conectados entre nosotros. Todas las crisis traen consigo una oportunidad. Esta nos da la y posibilidad de reformular la sociedad que somos y, también, de generar una nueva forma de hacer empresa, ejerciendo un liderazgo más consciente y horizontal.
Fuente: Diario El Sur de Concepción
